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El regreso de Ramún Katari

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La puerta             El otro jueves me fui a pasear por Miraflores. No era cualquier jueves, sino el 4 de junio de 2015; es decir, un jueves de Corpus Christi, el día en que se celebra la comunión, y por eso mismo no caben ni el trabajo forzado ni las clases. Uno de esos entrañables feriados que transcurren en silencio, sin ofertas ni regalos ni demostraciones patéticas.             La cosa es que, después de salir de casa y apenas ganado el ritmo para una larga caminata, apareció una puerta que jamás había visto antes, una puerta alucinante que inundó mi memoria de ese día casi por completo.             Primero no la vi. Me pasé de largo porque iba a comprobar si un callejón de por ahí realmente era un callejón sin salida. Sí lo era. Entonces, al volver tras mis pasos, vi unos jeroglíficos a la derecha: líneas ondulatorias, flujos y texturas. Avancé un poco más... A la izquierda de los jeroglíficos vi imágenes, letras, fotografías... Era una especie de coll

La letra de Ramún Katari

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--> El nervio de la escritura             Si para un escritor boliviano fue imprescindible el pulso que esgrime el cálamo el momento de escribir, ése fue Pablo Iturri Jurado (1890-1970), el maestro rural y poeta paceño que hace más de un año se presentó en una puerta de Miraflores con el nombre de Ramún Katari.             Gracias a un entrañable encuentro con Myriam Stroobandt —escritora, crítica de arte, guía y magnífica conversadora—, quien conoció de cerca a Pablo Iturri Jurado cuando se vino a Bolivia casada con su hijo Manuel Iturri Guzmán —uno de los más fascinantes escultores de nuestro país, hipnótico en su técnica del mosaico—, es que ahora empezamos a avizorar el perfil de Ramún Katari. Es decir, que aquella puerta que invitaba en primera instancia a la fabulación comienza ahora a encarnar su aventura en los motivos de un viaje y en el regreso repentino de un amigo.             En primer lugar, ahora sabemos que al nervio fino de Ramún Katari no le mo