Cantor, guitarrero y chupacaña



A mediados de la década de 1960, mi abuelo Raúl Riveros Gonzáles, el Chupa, recibió en su casa de la calle Cuba a Eraclio Catalín Rodriguez Cereijo —cantor del chaco austral más conocido como Horacio Guarany. En aquel entonces, el presidente de Bolivia, Alfredo Ovando Candia, vivía en la calle Paraguay, a una cuadra de la casa del Chupa. El lector avezado se imaginará los meandros de la conversación entre el cantor chaqueño y el anfitrión paceño que llevaron al segundo a salir a la calle, caminar hacia la residencia de Ovando y convencer a los guardias presidenciales de ir un rato a guitarrear a su casa en vista de que Horacio Guarany quería conocerlos. Los soldados, vestidos con ponchos impermeables, fueron a la casa del Chupa y se quedaron allí aproximadamente una hora. Por suerte, nada alarmó al presidente. De lo contrario, no hubiesen faltado recelosos analistas que confundieran el candoroso entusiasmo del Chupa con un intrincado complot geopolítico.
            Después de la reprimenda de mi abuela Elsa Murillo ante la irresponsabilidad de traer escoltas presidenciales a guitarrear a la casa, el Chupa decidió cantar una pieza de Horacio Guarany que se sabía de memoria: Adiós, amada. Por supuesto, los músicos del cantautor chaqueño lo acompañaron. De pronto, Horacio Guarany interrumpió levemente para hacer notar un cambio inexplicable en el tercer verso de su canción. En vez de decir "te amo y la palabra mueve", el Chupa cantaba "te amo y la razón se impone". Sin embargo, con el candor de siempre, mi abuelo siguió interpretando la canción a sus anchas y sin darle mayor importancia a aquella observación, desatendió las "sugerencias" del compositor argentino. Terminada la pieza, el Chupa, en amena charla con Guarany, por poco lo convenció de que era él quien estaba confundiendo la letra de su propia canción.
            El oído musical del Chupa Riveros y su relación con la interpretación y la voz opera más allá de esta anécdota y se deja sentir en los conjuntos musicales de los que formó parte (Los Chinacos y Los Cañas), en sus vehementes vivas de carácter masivo (ya sea en stadiums o en marchas), en su gusto por los espectáculos dramáticos y, por supuesto, en el grito de guerra K´alatakaya Warikasaya (que él pronunciaba correctamente en aymara y en el orden acústico que consideraba de mayor resonancia). En pocas palabras, mi abuelo tenía una voz propia para nombrar el mundo. Fue así que el canto se congregó en el corazón mismo de su personalidad y se sintetizó en el nombre con el que ahora lo conocemos todos, pues se sabe que el apodo "Chupa" salió de un vals que él comenzó a cantar en 1938.
            Según contaba mi abuelo, su cuñado cantaba el vals China hereje en asiduas serenatas a su hermana mayor Aida Riveros. El Chupa escuchó tantas veces ese vals que terminó aprendiéndolo de memoria. En ese entonces él formaba parte de la Brigada de Boyscouts "Hugo Montes" comandada por su amigo y maestro Carlos Pozo Trigo. Con esta brigada el Chupa viajó a Los Yungas. En aquel viaje le tocó cantar una canción y no sabía otra tan bien como China hereje.
            El vals que el Chupa cantó aquella vez por un fabuloso azar del destino fue compuesto originalmente por el payador uruguayo Juan Pedro López y popularizado por Carlos Gardel, quien grabó la canción en 1923 para el sello Odeon. Esta misma grabación de Gardel fue reeditada poco después en Perú por el sello Arto. La reedición peruana no señalaba el intérprete y se limitaba al título de la canción. En el número 520 (mayo de 1925) del fabuloso semanario El Cancionero de Lima (publicación donde quedaron registradas las canciones de moda que recorrían las gargantas limeñas), se anota que China hereje es un tango argentino popular, interpretado aquel año por Alberto Peirano y Demetrio Hija en el cine teatro Apolo de la calle Chirimoyo. A pesar de este dato, la omisión del nombre de Gardel en el disco del sello Arto, además de la constante resonancia de China hereje en el paseo de Rímac y la popularidad que le dieron agrupaciones y solistas como Pancho Ferreyros, Los Morochucos, Luis Abelardo Nuñez, Los Romanceros Criollos, entre otros, hicieron que por mucho tiempo la canción escrita por el payador uruguayo fuese considerada un vals peruano. Sin embargo, palabras como calandria (ave rioplatense) y china (mujer querida y aindiada en el lunfardo) siempre suscitaron sospechas. En todo caso, habrá que decir que la letra de China hereje publicada en El cancionero de Lima es distinta a la versión original de López y así, recortada y adaptada, es la que más se conoce por estos lares. Uno de los cambios que nos concierne particularmente es el que se da en el tercer y cuarto verso. La canción grabada por Gardel dice "y no ves china boba que yo soy / buen cantor, guitarrero y chupo caña". Mientras que la más conocida de las versiones peruanas dice "tú no sabes china boba quién soy yo / buen cantor, guitarrista y chupa caña". No hace falta decir que el Chupa Riveros escuchó la versión peruana, con el añadido de que él interpretaba la frase "chupa caña" con un adjetivo de su invención: chupacaña. Esta palabra que emergía de su imaginación con brillo propio le daría el apodo de Chupacaña, el cual se abrevió a Chupa. Qué duda cabe que el abuelo traía consigo una voz; es decir, un lenguaje natural y espontáneo para nombrar el mundo.
            A continuación —con un tanto de memoria y otro de investigación hemerográfica—, consigno la letra de China hereje según la cantaba mi abuelo. El lector curioso, al comparar ésta con las versiones habidas y por haber, vislumbrará el espíritu del Chupa Riveros.

China Hereje
Te fuiste de mi lado china hereje
para burlarte mujer de mi desgracia
pero no sabes china boba quién soy yo
soy cantor, guitarrero y chupacaña
soy cantor, guitarrero y chupacaña.

Me duele el corazón con tal violencia
que arrancarlo de mi pecho yo quisiera
llevarlo de la mano hasta tu lecho
y oprimirlo fuertemente hasta que muera
y oprimirlo fuertemente hasta que muera.

Para qué quieres saber si estoy sufriendo
para qué quieres saber de mi desgracia
si no tienes sentimiento ni cariño
si no tienes corazón no vale nada.
si no tienes corazón no vale nada.

Patrón patrón sirva usted más caña
se me ha atorado un huesito en la garganta
hace tiempo que vivo yo borracho
vaya al diablo el perrito y la calandria

vaya al diablo el perrito y la calandria.

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